Mirando al pasar tus zapatillas sponsoreadas por el crepúsculo vespertino de aquel sol que jamás se reflejo contra la atmósfera intoxicada de los impulsos del placer aquel día de otoño en esa habitación de Villa Urquiza, note que me avisaban que lo nuestro debía no ser en ese lugar e inexplicablemente en ese momento...
Subí mi mirada hacia tus ojos desconocidos, extraños y cansados pero ellos me indicaban que debíamos seguir explorando ese preámbulo de placer casual e instintivo...
Seguí bajando la mirada y me detuve en tus labios absolutamente deseables que seducían a los míos incentivándolos a besarlos con un principio pero sin un fin...
Mientras que nuestros labios se hundían en una marea de éxtasis y locura comencé a sentir un sabor agridulce en el aire, como si tus ojos y labios me hubieran engañado todo este tiempo para enredarme en tu trampa pasional la cual cientos de corazones envenenados y solitarios en un tiempo pasado habían caído y jamás vuelto a latir...
Decidí irrumpir ese momento de catarsis y volví hacia tus zapatillas, pero ellas ya no eran las mismas... ahora si su sponsor se hacia notar claramente, el crepúsculo vespertino de aquel sol que en un principio no se reflejó se empezó a ver y en ese instante me di cuenta que su advertencia era real y me marché de aquella habitación...
Tus zapatillas te guiaron detrás de mi... me tomaste del brazo antes de llegar al portal y me di la vuelta, miré tus ojos ahora conocidos y extrañamente descansados, volví un instante a tus labios para un beso final que me robaste y el aire se tornó dulce durante esos diez segundos...
Te dije adiós, crucé el portal y me quedé mirando al pasar tus zapatillas cansadas de caminar otra vez, como otras tantas veces, por ese camino minado de tus artimañas de placer mientras desaparecías al final del pasillo...
Después de ese encuentro pasó el tiempo y nos cruzamos en un bar de Palermo, tus ojos y labios seguían como la última vez que los vi... pero no tenías más aquellas zapatillas... las cuales sigo buscando en los pies del amor cada vez que se pone el crepúsculo vespertino...
